
Un hombre fue detenido siete meses después de un incendio fatal en una pensión de barrio San Salvador, en Córdoba Capital. El incendio, ocurrido el 10 de agosto del año pasado, cobró la vida del dueño de la vivienda, Martín Santolino, de 49 años, quien murió intoxicado por el humo al intentar rescatar a su perro.
Inicialmente, el incidente se consideró un siniestro fatal. Sin embargo, la investigación policial, a cargo del Departamento de Homicidios, reveló que el fuego había sido intencional. Las pruebas recolectadas, incluyendo pericias de bomberos, testimonios, una botella de combustible encontrada en una habitación y grabaciones de cámaras de seguridad, apuntaron a uno de los inquilinos como principal sospechoso.
El sospechoso, identificado como Cristian Rearte, de 48 años, desapareció tras el incendio. Sin familiares conocidos, Rearte comenzó a vivir en la calle, dificultando su búsqueda. Finalmente, fue detenido el pasado sábado en barrio Alto Alberdi, mientras se encontraba en posesión de una desmalezadora presuntamente robada. Al verificar su identidad, las autoridades descubrieron la orden de captura en su contra por el homicidio de Santolino.
Rearte ha sido imputado por homicidio simple por la fiscala Liliana Copello y se espera su traslado a la Cárcel de Bouwer en las próximas horas. La investigación sugiere que Rearte alquilaba una habitación en la pensión de Santolino y que, tras una serie de discusiones, fue obligado a desalojar el lugar. Se presume que, en represalia, Rearte regresó a la pensión la noche del incendio y prendió fuego a su antigua habitación, provocando el trágico desenlace.
La relación entre la víctima y el acusado
Según fuentes cercanas a la investigación, Rearte y Santolino inicialmente mantenían una buena relación. Rearte pagaba su alquiler con trabajos de albañilería en la pensión. Sin embargo, la relación se deterioró por motivos aún no esclarecidos, lo que culminó con la expulsión de Rearte del lugar.
Testigos afirman haber visto a Rearte huir de la escena del incendio la noche del 10 de agosto. Además del fallecimiento de Santolino y su perro, cuatro policías y dos vecinos sufrieron quemaduras y afecciones respiratorias por el humo, mientras se esperaba la llegada de los bomberos.
La investigación policial se basó en una exhaustiva recolección de pruebas, incluyendo testimonios, análisis de la escena del crimen y rastreo tecnológico. "Eran amigos. Se habían vuelto amigos... Pero algo detonó todo. Hay testimonios de testigos que hablan de adicciones y de discusiones...", comentó una fuente del caso. Ahora, se espera la indagatoria a Rearte para conocer su versión de los hechos.